Hemos estado unos días en Altea, aprovechando el buen tiempo.
La ciudad es una maravilla situada en la Costa Blanca con bellos paisajes y playas increíbles...
Su casco antiguo es típicamente mediterráneo y bien merece una visita.
También aprovechamos para subir (¡¡TREPAR!!) el Peñón de Ifach desde donde si divisa todo Calpe.
A veces se nos olvida que tenemos paraísos cercanos y accesibles. Me encanta viajar porque desde lugares así creo que se adquiere verdadera perspectiva vital, ánimo para emprender nuevos retos y revitalizarse. Supongo que el sonido del mar me pone meditativo...